Los aplausos, ayer, fueron para dos grandes directores. "La Vénus à la Fourrure", de Roman Polanski, y "Only lovers left alive", de Jim Jarmusch, completaron la veintena de filmes en competencia por la Palma de Oro, que se entrega hoy en el Festival de Cannes.
Sólo falta develar qué película seducirá al presidente del jurado, Steven Spielberg. En atención al rigor de Cannes, en los pasillos del festival se conjetura que estaría lejos de recompensar a un director de su país natal. En esta 66a edición, con abrumadora presencia de cine francés y estadounidense (no de Hollywood) la crítica francesa no duda: la Palma debería ser para "La vie d'Adèle, chapitre 1 & 2" (La vida de Adele, capítulos 1 y 2), de Abdellatife Kechiche (ver nota inferior). La forma del director francotunecino de contar la vida de una joven que descubre su homosexualidad, su primer gran amor y la ruptura de esa relación entusiasmó también a la prensa.
También figuran entre las mejor valoradas el retrato sobre la violencia en la China actual con "A touch of sin", de Jia Zhangke; el drama iraní "Le Passé", de Asghar Farhadi; la tierna historia de dos hijos intercambiados en la japonesa "Like father, like son", de Hirokazu Kore-eda; la incursión en los primeros pasos del folk en "Inside Llewin Davis", de los hermanos Coen y el homenaje a Roma que rinde Paolo Sorrentino en "La grande belleza". Hubo escasos papeles femeninos destacados; esta vez se destacaron los hombres: el veterano Michael Douglas, en una de las mejores interpretaciones de su carrera ("Behind the Candelabra"); Oscar Isaac ("Inside Llewyn Davis), Benicio del Toro y Mathieu Amalric ("Jimmy P."); Bruce Dern ("Nebraska") o Toni Servillo ("La grande belleza"). La decisión está ahora en manos de Spielberg y del resto de sus compañeros del jurado, entre los que figuran el director Ang Lee y las superestrellas Nicole Kidman, Daniel Auteuil y Christoph Waltz.